El 23 de octubre de 2010, un joven nadador de 26 años muere por una parada cardíaca durante una competición en aguas abiertas en Fuyaira (Emiratos Árabes Unidos).
El nadador, en perfecto estado físico y bronce en los últimos campeonatos del mundo, habría mostrado signos de agotamiento en la tercera de las cinco rondas de la exigente competición. Murió de una parada cardiaca en plena competición.
La ambulancia esperó en la orilla durante mucho tiempo, pero se perdió toda esperanza y tanto los compañeros del accidentado, como los dirigentes de la federación internacional presentes en el lugar tuvieron que resignarse al trágico desenlace.
Aunque la causa del fallecimiento no está clara, IMSSA SA organizó la repatriación de los restos mortales a Estados Unidos, país de origen del fallecido, y asumió los gastos del funeral, así como el pago de una indemnización por fallecimiento a la familia.