El 6 de agosto de 2013, una Federación se reúne en Bangkok. El señor Abbas, directivo de la Federación, asiste a la reunión. En el momento de tomar la palabra sufre una indisposición cardíaca grave. El servicio médico se hace cargo inmediatamente de él, pero ya es demasiado tarde: el médico no puede más que certificar el fallecimiento del señor Abbas.
Contactada por la Federación, la compañía IMSSA organiza con rapidez la repatriación del cuerpo del difunto a su país de residencia. Se ordena la autopsia y se emiten los siguientes documentos administrativos:
- el certificado de defunción
- el certificado de embalsamamiento
- el certificado de precintado
- el certificado de ausencia de contagio (probando que el cuerpo no se halla contaminado por enfermedades infecciosas)
- el salvoconducto mortuorio
- el permiso de inhumación
- la anulación del pasaporte
- el documento de repatriación
Tras el embalsamamiento, el cuerpo se coloca en un féretro simple, cubierto y precintado, que se deposita en una caja metálica, de conformidad con las directrices del Transporte Internacional del cargo aéreo.
La dificultad estriba en contactar con la familia en Irak para coordinar el retorno y la acogida del féretro en Bagdad. Gracias a la colaboración de la Federación nacional iraquí, el Sr. Abbas llega a su país de origen para ser enterrado con arreglo a las costumbres locales musulmanas.